Alambre magnético de aluminio. Se utiliza para fabricar bobinas electromagnéticas, una parte vital de motores y transformadores. La versión de cobre de este cable también se usa comúnmente, pero la variedad de aluminio es una mejor opción para algunas aplicaciones porque es más liviana y tiene mejor conductividad. Independientemente del tipo de cable magnético de cobre o aluminio que se utilice, el material aislante puede mejorar o perjudicar su rendimiento y vida útil. El mejor aislamiento de bobina magnética debe tener las siguientes características:
Resistencia a la corrosión. El cable magnético debe poder resistir la corrosión, especialmente en entornos expuestos a la humedad u otras sustancias corrosivas. Esto es importante porque el aislamiento puede debilitarse con el tiempo, haciéndolo susceptible a daños por calor o corriente eléctrica.
Resistencia a altas temperaturas. Esta característica es importante porque algunas aplicaciones requieren que el conductor resista altas temperaturas. Esto es especialmente cierto en el caso de los aparatos electrónicos de automoción y los televisores, donde el conductor está sujeto a altos niveles de calor.
Buenas propiedades eléctricas, como rigidez dieléctrica y resistencia de aislamiento. Un cable magnético debe tener una caída de voltaje baja en sus devanados, lo que significa que no requiere demasiada corriente para crear un campo magnético fuerte. También debería poder resistir el estrés mecánico y la exposición química.
El aislamiento debe ser fácil de trabajar. Debería poder soldarse, un proceso que implica fundir los extremos de un cable y aplicarlos entre sí para crear una conexión eléctrica. Además, el material aislante debe poder resistir condiciones ambientales como alta humedad y fluctuaciones de temperatura.
Además de cumplir estos requisitos, un buen aislamiento de bobina magnética debería ser fácil de fabricar. Debe poder enrollarse o cortarse al tamaño correcto y enrollarse en un núcleo. Esto permite que se instale fácilmente en un circuito. El aislamiento también debe ser resistente al calor, la abrasión y los productos químicos.
El conductor de una bobina magnética suele ser cobre completamente recocido y refinado electrolíticamente. Generalmente se aísla con esmalte vítreo o con una película de polímero. El alambre esmaltado es una variedad principal de este producto y consta tanto del conductor de cobre desnudo como de la capa aislante. El revestimiento aislante está hecho de materiales de película polimérica resistentes, que generalmente se clasifican según su grado de inflamabilidad.
Las variedades más comunes de alambre magnético aislado con película incluyen polivinilo formal (Formvar), poliéster, poliuretano y poliamida-poliimida. Estos tipos de materiales también se clasifican según su clasificación de inflamabilidad: algunos están clasificados para cumplir con la Clase O, mientras que otros tienen una clasificación de peligro más alta y se clasifican en las clases B a F. En términos generales, la Clase O es el material más retardante de llama disponible para su uso en cable magnético. Hay otros tipos de recubrimientos aislantes disponibles, pero no son tan adecuados para su uso en entornos de alto voltaje que se encuentran en grandes motores y transformadores eléctricos. Los índices de inflamabilidad más bajos de estos materiales pueden provocar una estabilidad térmica deficiente y un rendimiento reducido.